martes, 11 de agosto de 2020

Lengua 11/08

 Buen día chicos. ¿Cómo están?

Hoy les propongo seguir trabajando con "El cuento tradicional".

Escribo en la carpeta:


El cuento tradicional

*Luego de leer el cuento "El espejo prodigioso", resuelve las actividades de la página 163 del manual.

*¿Qué características tienen los cuentos tradicionales? (ver en la página 164).

*¿Qué tipos de personajes podemos encontrar en los cuentos? (ver página 165).


Aquí les dejo para que disfruten leyendo algunos cuentos tradicionales argentinos:


El zorro juez

Un día se le apretó al tigre una pata entre unas piedras de modo que por sus propios medios no podía sacarla.

Pasó por allí cerca un caballo, y el tigre lo llamó y le pidió con toda humildad que lo ayudara.

- No -le dijo el caballo-, yo te conozco, tú eres capaz de comerme después que te haga el favor de liberarte.

- Te juro, hermano, que no lo haré; no me niegues tu apoyo en este trance; son muy grandes mi humillación y mi dolor.

- Así lo haré, pero no olvides tu juramento.

Diciendo estas palabras, el caballo levantó la piedra con gran esfuerzo y el tigre quedó libre.

Siguieron juntos por un sendero del campo. Conversaban amistosamente, cuando el tigre se le plantó delante al caballo y le dijo:

- Hace tres días que estoy sin comer y mi estómago no da más, por fuerza tengo que comerte.

- ¿Y ése es el modo de agradecerme y de cumplir tu palabra?

- No tengo más remedio que comerte.

-Esto no puede ser así, recurriremos a un juez.

En ese momento apareció un zorro, y el caballo le gritó:

- Oiga, señor, ¿usted no es juez?

- Sí, señor, lo soy desde hace mucho tiempo.

- Entonces, nos tendrá que resolver una cuestión.

Le expusieron con detalles el caso y cada uno presentó sus razones.

- No entiendo cabalmente el suceso -dijo el zorro después de reflexionar un rato-. Para dar mi fallo, necesito ir al lugar del hecho y ver cómo estaba este señor.

Fueron allí, el tigre puso su mano en el sitio en que la tenía y el caballo le colocó encima la piedra que la apretaba.

- Muy bien -dijo el zorro, dirigiéndose al tigre-. Mi fallo es que te corresponde quedar ahí preso por no saber cumplir la palabra empeñada ni agradecer los favores recibidos.

Pronunciada la sentencia, se marcharon el zorro y el caballo. Dejaron al tigre con la mano apretada, dando tremendos rugidos de dolor y de vergüenza.







El zorro y el quirquincho

Indios Matacos

Estaba un día el zorro pensando en cómo conseguir comida sin hacer ningún esfuerzo, y se le ocurrió una idea. Fue a ver al quirquincho y le propuso una sociedad:

  • Yo tengo un campo listo para ser sembrado y cosechado, y creo que no hay mejor cavador que usted.

  • Podría ser – respondió el quirquincho.

  • Las ganancias serán divididas en partes iguales – prosiguió el zorro – Lo que salga arriba de la tierra será para mí, y lo que salga debajo de la tierra será para usted. ¿Le parece justo?

  • Si usted lo dice, me parece bien – accedió el quirquincho, e inmediatamente se puso a trabajar.

El quirquincho cavó y cavó, y cuando estuvo la tierra preparada, sembró papas. Las plantas comenzaron a crecer y el zorro vigilaba el campo día tras día, orgulloso de su idea.

  • Recuerde, lo de arriba es para mí y lo de abajo es para usted – le decía al quirquincho.

  • Lo recuerdo, lo recuerdo bien.

Un día, las plantas estuvieron listas para ser cosechadas, y cuando el zorro vio que el quirquincho se quedaba con las papas y a él le correspondían tan sólo unas hojas inservibles, le dijo:

  • Pienso, más bien, que con la próxima cosecha deberíamos hacer al revés. Yo me quedaré con lo de abajo y usted con lo que crezca por arriba de la tierra. ¿Le parece justo?

  • Si usted lo dice, me parece bien – le respondió el quirquincho, e inmediatamente se puso a preparar la tierra para la nueva plantación.

En esta ocasión, lo que sembró fue trigo. Las espigas comenzaron a crecer y el zorro vigilaba el campo día tras día, orgulloso de su idea.

  • Recuerde, esta vez lo de abajo es para mí y lo de arriba es para usted – le decía al quirquincho.

  • Lo recuerdo, lo recuerdo bien.

Cuando el trigo estuvo listo para ser cosechado, el zorro vio con sorpresa cómo el quirquincho se llevaba las espigas, y él se quedaba únicamente con unas raíces inservibles. Finalmente dijo:

  • Creo que lo justo será que en la próxima cosecha yo me quede con lo de arriba y con lo de abajo.

  • ¿Y qué será para mí? – le preguntó el socio.

  • Lo del medio. ¿Le parece justo?

  • Si usted lo dice, me parece bien.

Entonces, el quirquincho sembró maíz. Las plantas crecían y el zorro vigilaba el campo día tras día, muy seguro de que su idea no podría fallar esta vez.

  • Recuerde, lo de abajo y lo de arriba es para mí, y usted se queda con lo del medio – le decía al quirquincho.

  • Lo recuerdo, lo recuerdo bien.

Cuando llegó el momento de la cosecha, el quirquincho orgulloso cortó los chocos por el medio de las plantas, y dejó al zorro atónito con su parte de arriba y su parte de abajo.









2 comentarios:

  1. Hola profe soy renata le queria preguntar si en la pagina 165 hay que hacer las actividades de releo y analizo

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Lengua 19/11

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